Se montó un escándalo cuando Obiang el presidente guineano, visitó nuestro país e intentó visitar el Congreso de los Diputados. Algunos lo calificaron de dictador sin escrúpulos y por tanto sin derecho a pisar la noble casa de los representantes españoles. ¡Cuanta soberbia! Obiang es desde luego un autócrata despiadado, pero lo es menos el presidente Chino o Pakistaní o Ruso? Son menos despiadados, corruptos inveterados de nuestro propio país, que atraviesan el hemiciclo como si tal cosa cada día de pleno? No se rinden honores a presidentes inmersos en procesos por corrupción, acoso sexual, incluso pederástia? Santo cielo que hipocresía!
Ahora que vamos un grupo de parlamentarios a visitar Guinea, otro follón. La oposión no desea que vallamos a apoyar a Obiang. Vale, pues en primer lugar el objetivo es conocer de primera mano el país, y no es posible tener mejor visibilidad que hacerlo viajando al mismo. El contacto con la realidad, los personajes, las estructuras es algo totalmente insustituible. Si la oposición considera que tenemos que conformarnos con lo que ellos nos cuenten, es que nos consideran tontos y sobre todo minusvaloran al resto de su pueblo. La oposición que vive en España, son privilegiados que representan quizá a una pequeña parte, pero el objetivo de los parlamentarios españoles son todos los ecuatoguieneanos. El conocer que nos interesamos por ellos les dará esperanza y fuerza para mejorar su situación, les dará la posibilidad de expresar directamente sus esperanzas, su problemas y sus soluciones. Y a nosotros no dará una palanca de conocimiento para intentar ser útiles en sus vidas. A eso vamos, a buscar la colaboración y la cooperación con el pueblo guineano, un pueblo inmensamente rico y que no tiene nada, que va a celebrar elecciones y puede requerir ayuda, que desea progresar y nosotros podemos cooperar mejor que otros pueblos, porque como decía Juanjo Laborda «es que piden socorro en español» como no ir alli! Lo demás son cuentos, lo veremos a la vuelta.
Bien por el artículo. Pero hay un gazapo que siempre pone en evidencia lo poco que conoce España a la que fue una de sus últimas colonias.
No son «congoleños», como dice el texto, sino «guineanos» o ecuatoguineanos…
Por favor, corregir
Gracias
Terrible lo suyo, señora. Al margen de su opinión, que es muy respetable, debiera cuidar su ortografía, porque nos regala muchas perlas como ese maravilloso ‘vallamos’. Menos mal que el suyo es un mundo donde estas cuestiones carecen de importancia. Saludos.
Es terrible que observadores internacionales no sean capaces de condenar enérgicamente la dictadura de Obiang, la peor de toda África.
Compararlo con China o Pakistán es demagógico, España tiene mucha responsabilidad en lo que ahora -y desde hace cuarenta ños- sucede en Guinea. En Malabo se habla español.
Si la hipocresía es con los otros también lo será con el Rey de España, que creo que algún sustento tendrá -no conozco las cuentas de la Casa Real- y por lo visto y oído affaires varios -alguna amiga de Arrabal lo confirma- y el año pasado cazaba osos borrachos -El País-.
Lo que si le digo es ya es una vergüenza que ese sátrapa sea recibido con honores en este país y encima quiera dar un discurso en el Congreso. Si quiere que le inviten, pero con algún colegio para que aprenda algo.
Y ya que estamos, más que lamer el culo al negrito del petróleo, se podrían poner más centrales nucleares que, aún siendo contaminantes- son menos inmorales.
(Es muy fácil usar tu demagogia)
España, por dignidad, por haber sufrido cuarenta años de dictadura, por ser una ex-colonia, por civismo, por educación y por tantas razones más debería hacer algo serio para proteger a Plácido Micó y a toda la oposición democrática y obligar, no insinuar a Obiang Nguema a dar pasos definitivos para una transición seria hacía un sistema democrático real, que por otro lado permita a sus ciudadanos una posibilidad real de progresar en la vida (tu eres progresista, no?) y sirva de ejemplo a un continente bastante afectado por demasiados males solucionables.
Eso es política exterior, lo suyo es ir de acampada.
Te digo todo esto porque no te he oído decir nada de esto durante o después de tu último viaje.
Y Moratinos.. Es diplomático pero para decir eso, mejor no haber ido. A los que hemos estado en Guinea nos hubiera dado menos vergüenza.